«Renovarse o morir»

Entorno a los 40 años, las águilas envejecen mucho, se refugian en un lugar seguro, y en él, golpean su curvo pico hasta arrancárselo. Más tarde, cuando les crece el nuevo pico se sacan las débiles uñas, y finalmente,  con las nuevas uñas, se arrancan el pesado y plomizo plumaje. Este proceso dura unos meses y después de este periodo, el águila está preparada para volver a la vida 30 años más.

Creo que no es necesaria la aclaración sobre la analogía anterior con respecto a la famosa “Crisis de los 40”, simplemente me permito un apunte; a partir de esta edad es importante haber comprendido que las prioridades cambian  y que lo prioritario  ya no es que las uñas, el plumaje y el pico sean admirables y bonitos (evidentemente en humanos), ya que se han regenerado para poder cazar,  volar, en definitiva, para sobrevivir.

El humano evalúa en esta fase su pasado, y sí decide aprender de ella,  puede interiorizar lo que es relevante para sí mismo, es decir, su sentido de vida, lo que decantará en una sensación de mayor fluir, calma y disfrute natural.

¿Eres águila o hamster?

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