La mentira
Desde tiempos inmemoriables es sabido que al ser humano le ha obsesionado la mentira y el ser engañado o traicionado, principalmente por las personas más queridas. En la actualidad, sigue siendo así como puedo comprobar cada día en mi consulta, debido a lo cual, he sentido el impulso de reflexionar sobre ello.
En nuestro interior, todos tenemos una especie de “radar” que nos permite intuir el engaño, no obstante, tendemos a ignorarlo, a no fiarnos de nosotros mismos, primeramente porque eso es lo que hemos aprendido, dandole prioridad al intelecto (a la razón) frente a la intuición y/o instinto, y en segundo término, debido a que no queremos asumir que alguien “significativo” a nosotros nos pueda traicionar, ya que eso nos aterra, al confrontarnos abruptamente con nuestras heridas (miedos) más profundas e infantiles (traición, rechazo, abandono, humillación, injusticia, fracaso, cambio, soledad…)
¿Puede ser que nos gustaría que lo que nos dice la persona que nos está mintiendo fuera real y así poder seguir manteniendo un falso equilibrio en la zona de confort en la que estamos instalados?…Dicho de otra forma… ¿Nos mentimos a nosotros mismos “decidiendo” creer lo que nos dice el otro y así no tener que asumir la situación de traición y sus consecuentes cambios en nosotros mismos y nuestra vida por la inseguridad que eso nos genera?.
Dejo la reflexión abierta, ya que esto puede aplicarse a cualquier situación de engaño, mentira o traición, no necesariamente con personas significativas o importantes en nuestra vida, situación que sin duda, intensifica dicha reacción de miedo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!