Libertad de Pensamiento
Es popular la defensa de la libertad de expresión en nuestra sociedad, no obstante, no somos conscientes generalmente de que hay un término sin el cual la libertad de expresión no tiene utilidad más allá de la meramente ludica y/o catártica (la de liberar la emoción de quien la contiene). Me refiero a la libertad de pensamiento.
Sin libertad de pensamiento, no nos es posible elaborar y verificar información desde cada uno de nosotros mismos, debido a lo cual, lo que hacemos es simplemente ejercer la libertad de expresión para repetir la teoría recibida por “otros” (familia, cultura, sociedad, religión…) una y otra vez sin cuestionarnos. Este hecho genera que dicha información se mantenga sin cambios y paralice nuestra visión a nivel de “masa” creando un choque contextual, ya que el contexto social, al igual que el ser humano y la vida son de naturaleza dinámica, cambiante y están en interdependencia. Es importante pensar y reflexionar individualmente para adaptarnos al constante cambio tanto individual como colectivamente.
Ser libres a nivel de expresión tiene relevancia a diferentes niveles, predominando el humano (sentirnos libres en general, la tiene), no obstante, considero vital ejercer esa libertad asumiendo previamente no interiorizar las ideas, creencias, hábitos y patrones de comportamiento de otros como propias sin cuestionarlas, y atreviéndonos a ser libres de pensar de otra forma, para así generar, crear, elaborar y verificar lo que para cada cual es su propia verdad, esa, que es “de cosecha propia” y que nos hace ser coherentes con lo que expresamos.
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