Aceptar lo que es…

Tal y como cantaba Serrat“nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”

Los datos a nivel de divorcio hablan por sí mismos y me gustaría hacer una reflexión de la que se habla poco, ya que es más fácil maquillarla, o hacer como que no está, que enfrentarla. Se trata de un proceso muy doloroso, pero es tan frecuente y nos cuesta tanto aceptarlo, que lo complicamos agravando mucho la salud mental de quien lo padece, por ello, considero que merece como mínimo una mención.

Cuando una persona, no se encuentra bien en una relación, le cambia el ánimo, le falta chispa, tiene dudas frecuentes o simplemente ya no le vibra…ninguna de las excusas que podamos o nos puedan parecer justificables lo son en realidad, ya que, el hecho seguir en una pareja por la hipoteca, los niños, no romper una familia, el dinero, la familia extensa, la rutina, el miedo a la soledad, la sensación de fracaso, el sesgo de confirmación que fastidia tanto, el perro, el gato, el proceso de divorcio, el dolor que siento…no pueden cambiar la realidad más cruda y profunda de lo que la persona siente, cuando algo ha muerto dentro,  no hay posibilidad de influir sobre ello, porque eso, nos trasciende.

Lo que quiero decir  y  espero que no me entendais mal, es que lo único que puede hacer una persona ante el sentimiento de muerte de un sentimiento por el otro, es rendirse a él, ya que la persona no decide que siente, simplemente lo hace o no. Parecerá una obviedad pero honestamente creo que no lo es en nuestra sociedad. Nos cuesta aceptar que no depende de nosotr@s el encender y apagar el fuego de nuestro interior. Podemos cuando hay ascuas o alguna brasa avivarlo, e incluso hacerlo arder, pero una vez de que se ha apagado ya solo nos queda limpiar la hoguera y aceptar que ya no depende de nosotros actuar, simplemente dejar de hacerlo, rendirnos a la idea de que ningún pensamiento o actitud mejorara la situación. Y por muchos efectos colaterales que haya, habrá que reorganizar la vida, porque siempre será muchísimo mas disfuncional a nivel de salud mental, vivir sintiendo ese vacío que irá instalándose poco a poco en el interior por ir en contra de un@ mism@, a esa falsa comodidad o paz barata.

Insisto, soy muy consciente de lo dolorosos que son los finales, de las situaciones complejas que se crean, no obstante, me siento en la obligación de ser honesta con este tema, ya que pasa mucha gente por terapia con la idea de resucitar muertos relacionales y en el camino se van apagando e incluso enfermando a ellos mismos. Existe una cadena existencial, donde primero un@ ha de estar bien consigo mism@ para poder estar bien con el otro y los demás, sí uno mism@ no acepta que ya no ama a la otra persona, ira entrando en disonancia entre pensamiento y sentimiento, y se irá hastiando, entristeciendo e incluso en ocasiones, enfermando. Como alternativa podrían darse relaciones extramatrimoniales o dobles vínculos, pero la mayor parte de las veces, se convierten en pan para hoy y hambre para mañana.

Con esto no quiero decir que no merezca la pena intentar oportunidades, siempre que queden cenizas, todo es posible, pero sí ya se han apagado…no hay nada que hacer y esa es la verdad, esa, no tiene remedio…Solo queda aceptar…

Ahí lo dejo pues con todo mi cariño, solo es reflexión, no muerde…

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