La rabia

Tal y como apuntaba en el anterior post (Rabia Vs Agresividad), la rabia requiere ser expresada de una forma funcional (sin dañarnos, ni dañar a otros) y únicamente tiene dos direcciones posibles; hacia dentro cuando la reprimimos y hacia fuera cuando la exteriorizamos.

Para una gestión sana de la rabia, necesitamos observarla y ver hacia donde tendemos a dirigirla en primer término. Cada persona tiene formas diferentes de gestionar y liberar la tensión que genera esta emoción al acumularse, y la analogía de la “olla express” es muy gráfica, ya que muestra que necesitamos una salida de aire para descomprimir. Existen formas y técnicas diversas que se pueden utilizar para la liberación funcional de la ira, entre las cuales encontraríamos:el ejercicio físico, la creatividad y el uso de la concentración. Cada persona requeriría utilizar diferentes formas y combinaciones de las mismas en base a su constitución biopsicoemocional.

Es importante comprender que hay personas que tienen una mayor tendencia a la ira y su acumulación y como es obvio, las exigencias de la vida diaria sumadas a los conflictos internos, pueden generar una mayor acumulación de la misma. En caso de que la rabia afecte de forma evidente a una o varias área de la vida de la persona (familiar, laboral, personal…) es aconsejable acudir a un profesional que pueda ayudar a atajar los conflictos internos que generan dicha rabia y su gestión.

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