Egoísmo
El origen o etimología de la palabra “egoísmo” deriva del latín y une dos vocablos: prefijo “ego” (yo) y sufijo “ismo” (tendencia), por lo tanto, ser egoísta sería ; “tender hacia uno mismo” (al yo, al propio interior). Como se puede apreciar, al igual que muchos otros términos tiene una connotación neutra, sin embargo, en nuestra cultura y sociedad, se considera este término de forma despectiva.
El egoísmo, no es de ninguna manera una actitud disfuncional y/o insana, ya que como he comentado en mi anterior post (Egocentrismo), somos el centro de nosotros mismos y eso es neutro, es así por naturaleza. El “anteponernos” a otr@s es una actitud además de muy enriquecedora, muy sana y funcional a nivel de salud mental, ya que eso significa que nos amamos y cuidamos a nosotros mismos.
Lo importante en este punto es comprender, que esto no se puede dar a cualquier precio, es decir, el egoísmo se vuelve insano cuando dejamos de registrar a los demás y sus necesidades. No está justificada cualquier acción con el hecho de ir “a favor de uno mismo” cuando implica vulnerar, dañar, pasar por encima o afectar a otras personas. No obstante, es importante generar un intercambio equilibrado en este dar y tomar relacional, siendo capaces de alternar nuestras necesidades y/o deseos con la capacidad de empatizar con las de los demás.
¿Te muestras transigente o intransigente con los demás? ¿Te olvidas de ti? ¿Desde donde te relacionas?




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