Comunicación Interpersonal
Un tema que siempre está presente, ya sea de forma directa o transversal en terapia, es el de la comunicación entre personas.
La mayoría necesitamos y/o ansiamos tener comunicación con los demás de una forma efectiva, eficiente y nutritiva, ya que de ello depende gran parte de nuestra estabilidad e integridad humana.
La comunicación interpersonal podría definirse como el «proceso de intercambio de información entre personas, donde el emisor envía un mensaje al receptor y viceversa, con el objetivo de cambiar impresiones y llegar a comprender y/o conocer en mayor profundidad, facilitando así su adaptación al contexto (personal, familiar, social, cultural…)».
Para ello, los seres humanos contamos con un conjunto de habilidades, entre las cuales encontraríamos las siguientes: empatía (capacidad de ponerse en el punto de vista del otr@ y acompañar en su dolor), asertividad (capacidad de hablar de forma respetuosa de acuerdo a la situación y contexto), escucha activa (capacidad de escuchar con atención completa para responder asertivamente a cada idea), claridad y concisión, coherencia (capacidad de que el discurso y la conducta vayan en la misma dirección), respeto (valorar las opiniones de las demás personas y responder en consecuencia), lenguaje verbal, lenguaje no verbal y corporal (miradas, contacto visual, tono, gestos…), humor (distensión, bromas…)…
Mas allá de las herramientas y/o habilidades de comunicación, en este post, me gustaría centrarme en dos ideas que considero centrales y necesarias en la previa a cualquier comunicación efectiva entre personas, ya que “impregnan” todo contacto inter-relacional, promoviendo y nutriendo el contexto y favoreciendo así, la comunicación a modo de “fertilizante”. Se trata de dos sencillas cuestiones a plantearse a un@ mismo antes de posicionarse frente a un contexto de comunicación interpersonal. Estas dos preguntas son sencillas a la hora de realizarlas, sin embargo, en ocasiones no tanto a la hora de ejecutarlas, debido a la interferencia de la esfera emocional y la subjetividad implicada en la misma.
Estas dos preguntas son:
¿PARA QUÉ? (utilidad) y ¿DESDE DONDE? (desde que “lugar» dentro de ti).
Ante una posible conversación donde necesito trasmitir una idea, un límite, un pensamiento que me incomoda pero que es importante para mí, me tomo unos minutos para saber para qué lo quiero hacer, qué utilidad tiene que comparta mi necesidad con el otro: “¿Para qué voy a decir algo que no es útil, que no aporta, que no suma…?”. Este parámetro hace referencia al hecho de que no nos planteamos la utilidad de nuestras ideas y nuestros comentarios, no sabemos de dónde vienen, y tendemos a repetir ideas de forma automática, como robots que reaccionan a información que está dentro del sistema mental cribada por la propia mente y manida hasta la saciedad.
Entonces… el hecho de preguntarnos la utilidad, nos lleva a la siguiente cuestión y nos obliga a profundizar un poco más:
¿Desde donde hablo y/o comunico?, ¿Qué o quién está hablando?, ¿Estoy comunicándome desde mi miedo, rabia o frustración (desde el apego a mi ego, a mi personaje) o estoy hablando desde la parte de mí que busca aportar o nutrir (“centro”)?.
La primera, es reactiva a la información que recibe y totalmente autoreferencial (habla de mi). La segunda, es responsiva, requiere un momento de reflexión para inhibir la reacción y elegir la respuesta. Tiene en cuenta al otr@, la empatía y la escucha real, no lo que “pienso de lo que el otro dice”.
Como nota final, simplemente apuntar que la capacidad de responder frente a la de reaccionar de forma automática es una aprendizaje, una habilidad, que se adquiere sí se entrena, es cierto que habrá personas más potencialmente preparadas para ella, como en la mayoría de parámetros humanos, sin embargo, animo activamente a que se ejercite, ya que ayudará tanto a la propia persona como a su entorno a comunicarse y vincularse de forma más efectiva, nutritiva y salubre, permitiendo una mayor inteligencia adaptativa.
Todo lo que nos acerca a los demás nos ayuda a vivir mejor y más tranquilos. Se puede!



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