Cambio
Debido a que la naturaleza es cíclica y dinámica, el cambio es constante en la vida. Un claro ejemplo de esto serían las estaciones del año en el entorno natural o los ritmos circadianos en los seres humanos.
Esta idea parece ser aceptada por la mayor parte de las personas, no obstante, el ser humano tiende a resistirse al cambio debido a la inseguridad que le genera salir de la zona de confort en la que se instala de forma reiterada.
El cambio genera incertidumbre y moviliza los miedos subyacentes que cada individuo porta a nivel profundo e interno (fracaso, error, percepción de incapacidad, escasez de recursos, perdida, carencia, soledad…). Sin embargo, es imposible la evolución sin él y para no quedarnos estancados en situaciones, procesos, relaciones o momentos vitales, necesitamos ir trabajando esa sensación de “vértigo” que genera el saltar hacia lo desconocido de vez en cuando desafiando a nuestro interior.
Así que sería interesante preguntarse de tanto en cuando…
¿Me siento estancad@, aburrid@…? ¿Estoy acomodad@ en una rutina estable pero vacía de sensaciones?




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